miércoles, 8 de marzo de 2017

Chaïm Perelma

 (Varsovia, 20 de mayo de 1912 - Bruselas, 22 de enero de 1984), retórico, lógico y filósofo del Derecho belga de origen polaco. Creó la nueva retórica, una de las principales teorías sobre argumentación del siglo XX
LA NUEVA RETORICA
Perelman y Olbrechts-Tyteca comenzaron la investigación sobre lógica de discusiones no formales en 1948. Siguiendo el ejemplo del acercamiento comprensivo de Frege al estudio de las matemáticas, reunieron una amplia gama de informaciones académicas, profesionales, religiosas y populares para idear y aplicar su teoría. Después de encontrar el opúsculo de Brunetto Latini y de "redescubrir" la tradición retórica grecolatina, el proyecto y su base filosófica tomaron una forma definitiva. Perelman presumió que el análisis razonado que gobernaba la discusión no formal podría emanar de los principios de la teoría retórica, de las consideraciones de las audiencias y de los juicios de valor en particular.
EL MARCO DE LA ARGUMENTACIÓN
La nueva retórica se funda en la aserción de que "puesto que la argumentación tiene como objetivo el asegurar la adhesión de aquellos a quien se trata, es en su totalidad concerniente a las audiencias que se influirán" (1969, p. 19). Perelman y Olbrechts-Tyteca confían particularmente para su teoría de la argumentación en los conceptos gemelos de "audiencias universales" y "audiencias particulares"; mientras que cada discusión se dirige a un individuo o a un grupo específico, el orador decide a qué información y a qué acercamientos alcanzará la adhesión más grande según una audiencia ideal
La adhesión de una audiencia también es determinada por el uso de valores, otro concepto dominante para el orador de la nueva retórica. El tratamiento de Perelman del valor y su opinión sobre la retórica epidíctica fija su acercamiento. La "Oratoria epidíctica", arguye Perelman, "tiene significación e importancia para la argumentación porque determina la disposición hacia la acción aumentando la adhesión a los valores que alaba" (1969, p. 50). Estos valores, por otra parte, centran la persuasión en las discusiones de cualquier género retórico, puesto que el orador procura siempre "establecer un sentido de comunión centrado en torno a los valores particulares reconocidos por las audiencias".
PUNTOS DE PARTIDA DE LA ARGUMENTACIÓN
Toda la argumentación, según Perelman y Olbrechts-Tyteca, debe proceder de un punto de acuerdo; las materias discutibles particularmente no se pueden introducir sin la existencia de un suficiente consenso anterior o las premisas antecedentes y relacionadas que se hayan establecido ya. Las bases del acuerdo se dividen en dos categorías: la primera se ocupa de hechos, verdades y presunciones; la segunda de valores, jerarquías y loci de lo preferible o preferencias y pretericiones.
TÉCNICAS DE LA DISCUSIÓN

Como la discusión no formal se refiere a la adhesión de una audiencia más que a la demostración mera de los asuntos propios de la lógica formal, cuyo cometido no es convencer sino hallar la verdad, el orador debe asegurarse de que la audiencia se identifique con cada elemento sucesivo de una discusión. Perelman delinea un procedimiento con lo cual el orador puede alcanzar esta aceptación: adhesión. En primer lugar, implicando asociaciones cuasi lógicas, ruegos a la realidad y encuestas para establecer la verdad; el segundo acercamiento responde a las opiniones incompatibles, por medio de la disociación de nociones, Cuando los oradores intentan reconciliar opiniones incompatibles o encontradas, pueden ganar adhesión a través de una disociación de nociones entre lo real y lo ilusorio. Por ejemplo, a la hora de hablar de la democracia verdadera y de la democracia formal, nominal o "real", esto es, a la cuasi democracia. Con esta oposición la adhesión se alcanza no sobre la base de su mérito como idea, sino con la devaluación de ambos términos en su oposición.